
La dedalera, o croque, estralote o abeluria es una planta con fama de tóxica. A mí me llamó la atención una bonita leyenda gallega de esta planta: donde crecen las dedaleras se cree que es donde bailan las meigas las noches de luna llena. También se cuelgan de las puertas de las casas para espantarlas. Además, tenía fama de planta útil contra las mordeduras de víbora.
Es muy curioso que no haya referencias de las digitales en los textos griegos o romanos, como es notorio el caso de Dioscórides [40-90 dC]. Es probable que en otros tiempos la planta no tuviera la extensión que hoy tiene por el área mediterránea.
Por el contrario, la digital ha sido una planta bien conocida y utilizada tradicionalmente por los pueblos septentrionales de Europa. Las referencias escritas más antiguas, se encuentran en Irlanda, hacia el siglo XI. En Gales se han recogido tradiciones muy antiguas, donde la dedalera se la considera como planta protectora contra los malos espíritus. En Galicia, zona de la Península donde más extendida está la digital, como ya hemos dicho tiene fama de planta útil contra las mordeduras de víbora y también como protectora de las casas frente a las meigas y los malos espíritus.
En la tradición anglosajona también tiene un papel destacado. En inglés se la llama principalmente foxglove, es decir, guante de zorro, pero también fairyfingers, dedos de hada; términos que aluden a la forma de las flores, que semejan los dedos cortados de un guante. En la tradición gallega no encontré ninguna relación de esta planta con el raposo, pero existe una bella leyenda nórdica que habla de este astuto animal y la dedalera. Según se cuenta por esos lares, las hadas malas le dieron estas flores al zorro para que se las calzara en los dedos de sus patas y de esta manera ser más sigiloso cuando merodea los gallineros de los desdichados campesinos. El nombre noruego de la planta, revbielde, campana de zorro, es otra alusión en la misma línea.
Las manchas de las flores de la dedalera y de las prímulas (que tienen la función de servir algo así como de “señalizaciones de aterrizaje” para abejas y abejorros, que son los insectos las que más las visitan), se dice que es donde los elfos han tocado con sus dedos la planta y que son una seria advertencia de lo nocivo que es esta planta (de hecho, en Irlanda, se le llama dead man’s thimbles, dedal de muerto).
El nombre que los alemanes daban a la planta, fingerhut, dedal, es el que sugirió a Leonhard Fuchs (importante botánico alemán, por el que las Fuchsias llevan ese nombre) el nombre latino por el que se la conoce, Digitalis: del grosor de un dedo, puesto que hasta que él la nombró, en 1542, no tenía nombre ni griego ni latino.
Hoy en día, la digital sigue incrementando su fama y su leyenda: de ella se han obtenido sustancias de una importancia médica tal, que se considera como uno de los más importantes fármacos utilizados en la actualidad para el tratamiento de las afecciones cardiacas. El estudio de sus complejos glucósidos y azúcares activos presentes en sus hojas y en las semillas, ha llevado a las digitales a ser una de las plantas mejor estudiadas desde el punto de vista bioquímico.
Otra vez más, vemos cómo una planta considerada tradicionalmente como tóxica, pues ciertamente sintetiza sustancias venenosas como la digoxina y otras, con el fin de evitar que la consuman animales herbívoros, estas mismas sustancias se emplean en medicina para pacientes que padecen arritmia cardiaca. En definitiva, plantas que, mal empleadas, pueden ocasionar la muerte, se convierten, con gran esfuerzo y tras muchos años de estudio de muchos investigadores, en herramientas indispensables para salvar todos los días innumerables vidas.
Como vemos, y como veremos en otros casos como el del tejo, por poner otro bello ejemplo, la muerte y la vida se vuelven a encontrar en un mismo punto: las digitales y los glucósidos de ellas obtenidos, que incrementan la leyenda de una planta que en Galicia ya decían que espanta ás meigas.
Es muy curioso que no haya referencias de las digitales en los textos griegos o romanos, como es notorio el caso de Dioscórides [40-90 dC]. Es probable que en otros tiempos la planta no tuviera la extensión que hoy tiene por el área mediterránea.
Por el contrario, la digital ha sido una planta bien conocida y utilizada tradicionalmente por los pueblos septentrionales de Europa. Las referencias escritas más antiguas, se encuentran en Irlanda, hacia el siglo XI. En Gales se han recogido tradiciones muy antiguas, donde la dedalera se la considera como planta protectora contra los malos espíritus. En Galicia, zona de la Península donde más extendida está la digital, como ya hemos dicho tiene fama de planta útil contra las mordeduras de víbora y también como protectora de las casas frente a las meigas y los malos espíritus.
En la tradición anglosajona también tiene un papel destacado. En inglés se la llama principalmente foxglove, es decir, guante de zorro, pero también fairyfingers, dedos de hada; términos que aluden a la forma de las flores, que semejan los dedos cortados de un guante. En la tradición gallega no encontré ninguna relación de esta planta con el raposo, pero existe una bella leyenda nórdica que habla de este astuto animal y la dedalera. Según se cuenta por esos lares, las hadas malas le dieron estas flores al zorro para que se las calzara en los dedos de sus patas y de esta manera ser más sigiloso cuando merodea los gallineros de los desdichados campesinos. El nombre noruego de la planta, revbielde, campana de zorro, es otra alusión en la misma línea.
Las manchas de las flores de la dedalera y de las prímulas (que tienen la función de servir algo así como de “señalizaciones de aterrizaje” para abejas y abejorros, que son los insectos las que más las visitan), se dice que es donde los elfos han tocado con sus dedos la planta y que son una seria advertencia de lo nocivo que es esta planta (de hecho, en Irlanda, se le llama dead man’s thimbles, dedal de muerto).
El nombre que los alemanes daban a la planta, fingerhut, dedal, es el que sugirió a Leonhard Fuchs (importante botánico alemán, por el que las Fuchsias llevan ese nombre) el nombre latino por el que se la conoce, Digitalis: del grosor de un dedo, puesto que hasta que él la nombró, en 1542, no tenía nombre ni griego ni latino.
Hoy en día, la digital sigue incrementando su fama y su leyenda: de ella se han obtenido sustancias de una importancia médica tal, que se considera como uno de los más importantes fármacos utilizados en la actualidad para el tratamiento de las afecciones cardiacas. El estudio de sus complejos glucósidos y azúcares activos presentes en sus hojas y en las semillas, ha llevado a las digitales a ser una de las plantas mejor estudiadas desde el punto de vista bioquímico.
Otra vez más, vemos cómo una planta considerada tradicionalmente como tóxica, pues ciertamente sintetiza sustancias venenosas como la digoxina y otras, con el fin de evitar que la consuman animales herbívoros, estas mismas sustancias se emplean en medicina para pacientes que padecen arritmia cardiaca. En definitiva, plantas que, mal empleadas, pueden ocasionar la muerte, se convierten, con gran esfuerzo y tras muchos años de estudio de muchos investigadores, en herramientas indispensables para salvar todos los días innumerables vidas.
Como vemos, y como veremos en otros casos como el del tejo, por poner otro bello ejemplo, la muerte y la vida se vuelven a encontrar en un mismo punto: las digitales y los glucósidos de ellas obtenidos, que incrementan la leyenda de una planta que en Galicia ya decían que espanta ás meigas.
